En España, un tapón de los buques metaneros

Los camiones cisterna de GNL se han acumulado frente a las costas de España. La razón es que hay demasiado gas y la infraestructura está sobrecargada. ¿Cómo afectará un exceso ahora al suministro de energía en la UE en invierno?

Las instalaciones de almacenamiento de gas en España se llenan al máximo. Por ello, los buques tanque de gas natural licuado (GNL) para este país se han amontonado a lo largo de sus costas, a la espera de ser descargados en los puertos. Solo hace una semana había 15 buques metaneros en Cádiz. Hay al menos 35 camiones cisterna de GLP en la Península Ibérica y en el Mediterráneo esperando a ser descargados.

No muy lejos de Cádiz, en la ciudad portuaria de Huelva, se encuentra una de las terminales, donde se pueden descargar camiones cisterna de 300 metros llenos de GNL. En total, hay seis terminales de este tipo con tanques de gas en España. Próximamente se inaugurará la séptima en el puerto de Gijón. En estas terminales, el GNL se convierte en gas para luego ser transportado a través de gasoductos.

Infraestructura sobrecargada

El operador de la red nacional de gas de España, Enagás, emitió un comunicado público calificando la situación de “no acostumbrada” y destacando que debido a la capacidad sobrecargada, se ha visto obligado a retrasar el servicio de los buques cisterna de GNL. Esta situación, según las previsiones de la compañía, se prolongará hasta la primera semana de noviembre.

Los expertos advierten que si la situación no cambia, los petroleros buscarán opciones alternativas para descargar en puertos fuera de Europa. Muchos petroleros de países exportadores de GNL como EE. UU., Argelia o Nigeria se encuentran actualmente en el mar, esperando que la demanda vuelva a aumentar y recibirán ofertas atractivas.

España, según Enagas, tiene un tercio de la capacidad de regasificación de GNL de la UE y un 45 por ciento para su almacenamiento. Pero la infraestructura española -la más desarrollada de la UE- está actualmente sobrecargada, por lo que los petroleros no pueden descargar a tiempo.

En el contexto de la amenaza de escasez de fuentes de energía debido a la guerra de la Federación Rusa contra Ucrania, las preocupaciones energéticas españolas aumentaron los volúmenes de gas suministrados al país en la primavera y el verano de 2022. En los últimos meses, cada vez más Han llegado tanqueros de GNL, lo que se ha convertido en la razón de la congestión de la infraestructura. Desde enero hasta finales de septiembre se descargaron en España 250 grandes buques metaneros. Esto es lo mismo que para todo 2021.

Menos consumo de gas debido al clima cálido

Paralelamente a esto, disminuyó la necesidad de combustible azul. Según Enagas, el consumo de gas en España cayó un 7 por ciento en septiembre respecto al mismo periodo del año anterior. “Ahora no hay demanda de gas debido a que el clima es relativamente cálido. Las reservas están en su nivel más alto y la actividad económica se reduce”, dice Pablo Gil, analista español de la corredora internacional XTB.

Los resultados del ahorro energético también son tangibles. “En octubre hay un desequilibrio entre la oferta y la demanda previstas. Esta situación no se da sólo en España. También se puede observar en otros países europeos”, explica Enagás.

Los depósitos de gas en Alemania están llenos

Las instalaciones de almacenamiento de gas de la UE se llenaron el 20 de octubre en un 92,92 por ciento. Y en Alemania, en un 96,52 por ciento, según la Agencia Federal de Redes. Así, la instrucción del gobierno alemán de llenar las instalaciones de almacenamiento de gas en un 95 por ciento antes del 1 de noviembre se cumple incluso en exceso.

Pero estas reglas estipulan que cada instalación de almacenamiento de gas debe estar llena de gas en un 95 por ciento. Lo que aún no se observa en el país. En algún lugar es más, en algún lugar menos. Así, el almacenamiento de gas alemán más grande en Rehden se llenó al 87,08 por ciento a mediados de octubre. Después de que Alemania ya no reciba gas ruso desde el 1 de septiembre, Alemania lo recibe a través de gasoductos de Noruega, Bélgica, Holanda y Francia.

Y antes de fin de año, se deben poner en funcionamiento tres terminales para recibir gas licuado en la costa de los mares del Norte y Báltico en Alemania. Hasta el momento, Alemania no tiene una sola terminal de GNL. El próximo invierno, Alemania contará con dos terminales flotantes de GNL en Wilhelmshaven y Brunsbüttel, que recibirán y regasificarán el gas natural licuado importado a Alemania. Su capacidad total es de hasta 12,5 mil millones de metros cúbicos por año. Aparecerán dos terminales más en Stade y Lubmin.

La demanda de GNL volverá a subir

James Wadell, experto en energía de la consultora británica Energy Aspects, cree que con la llegada del clima frío, la demanda de gas aumentará significativamente. “Durante la temporada de calefacción, de noviembre a enero, necesitaremos más gas”, dijo en una entrevista con DW.

Por el momento, los precios del gas se mantienen en un nivel relativamente bajo. Pero es probable que esto cambie, por lo que tiene sentido que sus vendedores no descarguen ahora los petroleros, comenta el experto sobre la situación en las costas españolas. Wadell cree que el precio del gas en Europa será mucho más alto en invierno. Recuerda que una extensa red dentro del sistema energético europeo puede ayudar a distribuir entre países el excedente de combustible azul que ahora se ha formado en España.

Pero esto se ve obstaculizado, en particular, por la falta de infraestructura de transporte de gas entre Francia y España.

Madrid, Lisboa y Berlín llevan tiempo intentando ponerse de acuerdo en un proyecto para construir un gasoducto desde España hasta el sur de Francia, denominado MidCat, que lleva diez años en discusión. Debería estar conectado a la red troncal europea, y en el futuro también tendrá que suministrar hidrógeno. París se opone a este gasoducto por motivos económicos. Este tema estuvo en la agenda de la visita a España del canciller alemán Olaf Scholz. También hubo conversaciones a puerta cerrada para convencer a Francia de la necesidad de construir un gasoducto de este tipo, que es atractivo para París precisamente porque puede suministrar hidrógeno, y no solo gas.

El 20 de octubre se supo que el primer ministro portugués, Antonio Costa, el primer ministro español, Pedro Sánchez, y el presidente francés, Emmanuel Macron, acordaron construir un gasoducto en el fondo del mar desde Barcelona a Marsella. El futuro de este proyecto, que tendrá otro nombre, será debatido por representantes de los tres países este diciembre en Alicante.